4/6/15

Las 28 formas de ser mamá 04-06-15


Las 28 formas de ser mamá

Imagine la situación. Una mujer —que no puede concebir ni llevar adelante un embarazo— le pide a su hermana que le done los óvulos y alquila el vientre de una chica joven y saludable durante nueve meses. Cuando el bebé nace, ¿de quién es?

No es una pregunta cómoda. Pero refleja un panorama que, especialmente en los ambientes judiciales de países europeos, está provocando replanteos sobre un paradigma que durante siglos se perpetuó como indestructible. ¿O acaso alguna vez se puso en duda eso de que "Madre hay una sola"?

En medio de la polémica y de los debates legales, sociológicos, religiosos y bioéticos que este tema puede disparar (las opiniones pueden ser tan variadas como madres hay en el mundo), sí hay una verdad que parece absoluta.

Es aquella que tiene que ver con la ciencia. Los caminos que se abrieron como opción frente al clásico y placentero apareamiento entre hombre y mujer, se bifurcan cada día más. La revista de divulgación científica "Quo" anunció que existen 26 técnicas —entre simples, combinadas y de baja o alta complejidad— para concebir mediante alguna Nueva Tecnología Reproductiva (NTR).

Si se suman al tradicional encuentro entre las sábanas, la cifra trepa a 27, y si se agrega a la adopción —esas maravillosas historias de las mamás del corazón— el resultado llega a 28. Veintiocho formas de tener un hijo.

Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo ya existen 2 millones de niños nacidos mediante las nuevas "herramientas" que facilitan la reproducción. Y en la Argentina, de acuerdo con cifras de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), cada año se efectúan 4.000 ciclos de fertilización en los 21 centros habilitados para estas prácticas (12 en Capital Federal y el resto en La Plata, Mar del Plata, Quilmes, San Isidro y en las provincias de Córdoba, Corrientes, Río Negro y Santa Fe). Es decir, 4.000 mil intentos a través de técnicas que, por lo general, se mencionan por sus siglas (FVI, ICSI, GIFT, entre otras) y que se valen de óvulos o semen donados, embriones criopreservados o vientres alquilados (ver infografía).

Este último método esta prohibido en algunos países. Tal vez por eso es el que más se comenta (en Internet hay sitios de ofertas de mujeres que alquilan sus vientres por entre 3.000 y 70.000 dólares). En nuestro país, en donde no hay legislación sobre este tema, se padece un fuerte vacío legal: existen proyectos cajoneados o que siguen dando vueltas sin definición alguna. Uno podría pensar que esta situación es ideal para que proliferen, por ejemplo, los vientres en alquiler pero no es así porque, según explica Claudio Chillik, presidente de SAMeR, "para la ley argentina, madre es aquella que da a luz. Si una mujer alquilara el vientre de otra para tener a su hijo, luego de nacer debería adoptarlo para que legalmente fuera suyo. De todos modos, ese tipo de recursos que impactan en la sociedad no tienen relación con los avances científicos", señala.

"Lo que sí habría que remarcar es que hoy la Argentina está en sintonía con los centros más importantes del mundo en este campo. Aquí llegan personas de otros países porque saben que encuentran calidad y, luego de la devaluación, también precios acomodados", comenta Ester Polak de Fried, del Centro de Estudios Reproductivos (CER). Para ella, una de las pioneras en trabajos de fertilización asistida, los puntos altos de estos años fueron lograr la maduración de óvulos in vitro, trasplantar tejido ovárico y la maternidad diferida; es decir, la posibilidad de procrear en el momento más conveniente.

La evolución de las técnicas que se ofrecen tienen que ver con la demanda. "Se estima que la prevalencia de infertilidad en la Argentina oscila entre el 10 al 15 por ciento en la población en edad reproductiva, si bien no existen datos oficiales", revela Stella Lancuba, directora del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva (CIMER).

Es decir que en el país hay un millón y medio de parejas con dificultades para procrear: un millón y medio de mujeres que sueñan con ser mamás. Para ellas, estas opciones —que cuestan en promedio 6.000 pesos y no están contempladas en el Plan Médico obligatorio (PMO)— siguen disponibles aunque no accesibles para todos los bolsillos.

En un día como el de hoy vale la pena pensar en estas nuevas tecnologías. "Las NTR introducen variables que originan un cambio en la estructuración psíquica. Hay que reflexionar sobre esto: estamos frente a una nueva humanidad", asegura Graciela Faiman, asesora científica de Psicoanálisis y Medicina Reproductiva de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

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