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¿Se debe regañar a un niño? 01-06-2015


¿Se debe regañar a un niño?  

Los padres pueden recurrir a los regaños y, ocasionalmente, a los castigos, para corregir los comportamientos inadecuados de sus hijos. Aquí le damos claves para que las reprimendas sean eficaces, sin que los mayores pierdan los nervios ni el control de la situación.

Le ha explicado infinidad de veces que no debe pintar en las paredes, que debe recoger las cosas y ordenar su habitación, que se coma todo lo que le pone en el plato, que deje de tirar los productos al suelo en el supermercado. Pero, mientras van creciendo su desesperación y frustración, comprueba que su hijo no le hace ningún caso. Parece habitar en otra galaxia, donde hablan en un idioma diferente al suyo. No se desespere, sigua estos pasos: Ofrézcale alguna alternativa

En muchos casos resulta más eficaz llamar la atención del niño en otra dirección, proponiéndole que realice una actividad estimulante y distinta a la que está haciendo, en lugar de persistir en frases negativas como 'no debes, no hagas, no digas'', las cuales de tanto usarse, terminan por desgastarse y perder su efecto disuasorio. Por ejemplo, en lugar de decirle 'no hagas ruido', propóngale: ''Quieres armar un 'puzzle', dibujar un rato o prefieres escuchar esa música que tanto te gusta¿.

Cuide su tono y volumen de voz

Aunque a veces le sea difícil, debe controlar la forma de expresarle al reñir a su hijo, porque si se deja llevar por la impulsividad, explota y le grita, no lo comprenderá ni logrará que cambie de conducta. Además, los niños van desarrollando una cierta tolerancia ante la elevación de la voz y los gritos de sus padres, que cada vez los intimidan menos. Cuánto menos emocional sea su reacción y actitud, más caso le hará el niño. Todo es cuestión de perseverar.

Tómese un tiempo

Exprese su enfado sólo cuando esté en situación de controlar sus sentimientos y sea capaz de valorar con objetividad la reacción y los argumentos de su hijo. El viejo recurso de respirar hondo y 'contar hasta 10' para serenarse, sigue siendo tan sencillo como eficaz.

Emplee argumentos razonables

Para convencer al niño es preferible emplear frases sencillas, ser breve y dosificar las 'regañinas': evitando llamarle la atención continuamente. Si le explica las razones por las cuales tiene que hacer o dejar de hacer algo, así como las consecuencias de sus actos, entenderá más fácilmente lo que quieres manifestarle.

Pruebe con los elogios

Puede ser una opción para que el niño cambie de actitud. Al alabar sus virtudes, en lugar de solamente recriminarle lo que hace mal, le refuerza su seguridad en si mismo. Por ejemplo, dígale 'eres un niño inteligente, ingenioso y encantador, pero hay algunas cosas que debes mejorar'' .

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