2/4/16

La realidad obliga a jubilar a la cigüeña [2-4-16]


La realidad obliga a jubilar a la cigüeña

Los niños de hoy saben más de sexo que antes, por lo que al responder sus dudas los padres deben olvidar los eufemismos.

"Mamá, ¿qué es el sexo oral?", le preguntó a Marcela (35) su hija de 6 años. "Quedé knock out", cuenta ella. Aun así, se armó de valor y decidió recurrir a la verdad para darle una respuesta.

Pero eso no fue lo que más la impactó, sino el hecho de que una vez explicado el asunto remató a quemarropa: "¿Y tú has hecho eso con el papá?".

Marcela no sólo quedó sorprendida por la franqueza con que su hija la abordó, sino porque estaba preparada para otro tipo de interrogatorio. "Tenía en mente el cuento de que el hombre le pone la semilla a la mujer en un acto marcado por el amor y todo eso. Pero me salió con esta pregunta y me descolocó".

Verdad y contexto

Una situación que indudablemente puede resultar incómoda para cualquier padre, pero que, según la sicóloga infantil de la Universidad Católica Nadia Antonijevic, hay que asumirla como una realidad inevitable.

"Los niños de hoy están bombardeados de sexo. Es cosa de pensar en el tema de la pedofilia y la cantidad de términos que se usaron, entonces hay que resignarse a que, por lo general, ya saben cómo se tienen las guaguas y sus preguntas van a ir dirigidas a otros aspectos puntuales, como el sexo oral o la masturbación".

Apreciación que se ve respaldada por las cifras. Según un estudio que el Mineduc encargó este año a la empresa Adimark, el 62% de los jóvenes se informa de sexualidad en programas de TV. "Lo que hace que el rol de los padres es esencial, no tanto como fuente de información primaria, sino para dar un contexto y entrar en temas más puntuales", precisa la sicóloga infanto-juvenil Verónica Navarrete.

Por lo mismo, más vale ahorrarse "el cuento de la abejita" y ser lo más verídico posible, lo que también implica liberarse de falsas caretas y posturas. "Hay que partir por ser real. Es obvio que esas preguntas pueden sorprender y hasta dar cierto pudor, por lo que es bueno que el niño perciba eso. Mal que mal, el sexo es un tema íntimo que nadie lo anda hablando así como así", afirma Nadia Antonijevic.

Tampoco hay que escandalizarse. Una frase como "me sorprende tu pregunta" o hasta una expresión de sorpresa bastan y pueden ser el comienzo ideal para una conversación directa y franca.

Esto último es tan clave como que de ello dependerá la confianza que tendrá el niño con sus padres en el futuro al momento de hablar de sexo. "Hay que tener en cuenta que cuando preguntan es porque ya manejan algo de la respuesta o intuyen de qué se trata, por lo que a veces están probando a los padres para ver si les contestan la verdad. Si no lo hacen, la van a ir a buscar a otra parte con todos los riesgos que eso implica, pero la van a obtener igual", sentencia Verónica Navarrete.

Ahora, tampoco se trata de explicar con lujo de detalles o profundizar en exceso. Isabel Aldunate (39), por ejemplo, se encontró de sopetón con las inquietudes de su hijo de 8 años. "Me preguntó qué significaba orgásmico' y yo me tupí. Le conté que había ciertas estimulaciones corporales que producían placer en las personas y hasta le di ejemplos". Luego de una larga charla en la que su hijo la miraba desconcertado y hasta medio incómodo, ella atinó a preguntarle de dónde había sacado el término. "Resultó que mi hija mayor estaba comiendo helado con unas amigas y una de ellas dijo que era orgásmico. Ahí me di cuenta de que hubiera bastado con decirle que era una sensación placentera y nada más".

En este caso, hay varias cosas que entran en juego, pero todas apuntan a una dirección: el niño es el que marca la pauta. "Es importante indagar de dónde obtuvo esa información y qué es lo que sabe de ella", afirma Nadia Antonijevic. Para ello, aconseja devolverle la pregunta como "¿qué sabes tú del sexo oral?", en vez de decir "¿de dónde sacaste eso?" o "¿quién te lo dijo", "porque eso muestra que el padre está en una posición defensiva y termina creando una barrera entre él y su hijo".

"Hay que esperar que él empiece a preguntar acerca de sexualidad. Eso de que sea uno el que lo agarre, lo siente y le dé un discurso no siempre es útil. Puede ser que el niño en esa época no esté interesado en el tema y punto", agrega Navarrete.

Otra cosa que, a su juicio, nunca debería obviarse es la necesidad de situar al sexo en un contexto valórico, independiente de la religión de los padres. "Uno puede decir que debe darse entre adultos, en una relación de amor o con un significado religioso. Pero lo importante es que el niño reciba un rayado de cancha y sepa que no es algo al lote que se hace con cualquiera".

PRECOCES

58,3% de los escolares se informa de sexo con amigos y el 35,8% con su madre.

15 Y 17 años es la edad en que más de la mitad de los hombres y las mujeres, respectivamente, comienzan su vida sexual. (Fuente: Injuv)

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