8/11/15

La depresión de la madre afecta al cerebro del hijo [8-11-15]

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La depresión de la madre afecta al cerebro del hijo

Un grupo de investigadores considera que el cerebro es sensible a la calidad de la salud del niño, según revela el estudio dirigido por las doctora de la Universidad de Montreal y publicado este martes en 'Proceedings of the National Academy of Sciencies'. Los científicos han trabajado con niños de 10 años cuyas madres tenían síntomas de depresión a lo largo de sus vida descubriendo que la amígdala, una parte del cerebro que está unida a la respuestas emocionarles, era de tamaño superior.

Cambios similares han sido encontrados en los cerebros de los niños adoptados que inicialmente habían sido criados en orfanatos. Los niños necesitan una atención personificada como clave de este factor. Como explican las doctoras de la Universidad de Montreal, Sophie Parent y Jean Séguin, "otros estudios muestran que los sentimientos de las madres deprimidas eran menos sensibles hacia las necesidades de sus hijos y eran mas distantes. Del mismo modo estaban mas desconectadas con sus hijos".

Los científicos han establecido que la amígdala se encarga de asimilar emociones relacionadas con información y eventos. Además contribuye en la forma que tenemos de comportarnos en respuesta a un potencial riesgo. La necesidad de aprender sobre la seguridad o el peligro hacia nuevas experiencias puede ser mayor en edades tempranas cuando nosotros conocemos poco acerca del mundo que nos rodea.

Sobre esto otros estudios sobre mamíferos como los primates muestran que la amígdala se desarrolla mas rápidamente en los momentos justamente posteriores al parto. No se sabe si la ampliación que  hemos observado es el resultado de una exposición a largo plazo a un menor calidad de atención, pero crecer con una madre deprimida trae como consecuencia el crecimiento de la amígdala, señalan los autores

Como explica Lupien, "tener una ampliación de la amígdala puede proteger e incrementar las probabilidades de sobrevivir. La amígdala puede ser protectora a través de mecanismos que producen hormonas del estrés conocidas como glucocorticoides". Los investigadores han notado que los niveles de glucocorticoides en niños con madres deprimidas incrementaban significativamente cuando se encontraban ante situaciones desconocidas, incrementándose la reacciones al estrés en esos niños.

Por otra parte, los adultos que habían crecido en situaciones similares a la de los niños mostraban niveles de glucocorticoides y una reacción de glucocorticoides mayor cuando los participantes realizaban test de estrés.

Aunque este estudio no puede identificar claramente las causa sobre el agrandamiento de la amígdala, los investigadores han comprobado que el estudio de los casos de adopción muestran también que los niños adoptados a una temprana edad y dentro de unas familias mas acomodadas no tenían las amígdalas tan desarrolladas.

 "Esto sugiere que el cerebro puede ser muy sensible durante el desarrollo temprano y confirma la importancia de la intervención temprana para ayudar a los niños frente a la adversidad", explica  Lupien. "Adoptar iniciativas como las visitas domiciliarias prenatales, y durante de la infancia y los cuidados de la enfermera  puede mitigar los efectos del cuidado de los padres en el desarrollo del cerebro" añade.

"Los futuros estudios que evaluaron los efectos de estos programas de prevención y estudios de observación con participación de los niños expuestos a los síntomas de depresión materna en las diferentes edades, y en consecuencia, para diferentes períodos de tiempo, debe proporcionar una visión más clara de cómo esto ocurre, las consecuencias a largo plazo, y cómo se puede prevenir", añade Séguin.
 

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