24/7/06

Hablando de sexo en casa

Fuente: http://www.saludenfamilia.com.ar

La educación sexual debe ser parte de la formación vital de un niño y los padres son los primeros educadores. Sin embargo, cuando llega el momento de hablar con los hijos acerca de sexo, no resulta tan sencillo. La opinión de especialistas en esta nota.

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“La principal limitación son nuestras propias carencias”, dice la licenciada Diana Resnicoff, Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (SASH). Y agrega: “Carecemos de un modelo, ya que en nuestra infancia no se hablaba de estos temas, menos aun lo hablaban nuestros padres”.

Así las cosas, y en tiempos donde la educación sexual se torna imprescindible frente a problemas como el Sida, el embarazo adolescente y los abortos clandestinos, entre otros, los adultos deben crear su propio modelo que facilite la comunicación.

Pero las cosas no son tan difíciles como se supone. Desde el momento del nacimiento -o aún antes, desde que se sabe si será nena o varón- se empieza a hablar de sexo. “Al tratarlos de manera diferente comienza el diálogo aunque no tenga palabras –opina la ginecóloga Claudia Girollet, también de la SASH-. Con las actitudes que adoptemos estamos contribuyendo a formar su ‘mapa del amor’ que será lo que determinará su sexualidad futura”.

El ser humano es sexuado desde que nace y los pequeños aprenden por experiencia y observación. “Las demostraciones afectivas de la pareja constituirán la educación sexual temprana. Y por contrapartida, una actitud distante entre los padres o con los mismo hijos, le estará dando una información sexual distorsionada”, afirma Resnicoff. “Educamos con los permisos y prohibiciones y con la valoración de los temas sexuales”.

Los niños son naturalmente curiosos y no les cuesta preguntar y preguntar. Y en algún momento sus inquietudes se volcarán hacia los temas sexuales. ¿Y qué pasa cuando empiezan a preguntar sobre sexo? A los niños hay que decirles la verdad concuerdan los especialistas. “Algunos padres quieren dar respuestas verdaderas, pero sienten que sus hijos no están preparados para conocer detalles –continúa Resnicoff-. En esos casos, en vez de dar una versión fantasiosa, es preferible darle la cantidad de información que el niño pueda manejar”. Decir la verdad es ir construyendo la información desde hechos simples a más complejos a medida que el niño crece. Pocos pueden entender la mecánica del sexo antes de los ocho años.

Si la curiosidad de los chicos supera la capacidad de respuesta, no hay que
alarmarse: siempre es posible, con la verdad, revisar conceptos e investigar juntos sobre el tema. Para Resnicoff, lo importante, es que sepa que hay disposición para escucharlo. Incluso, opina que el padre más abierto se ocupe de educarlo sin importar el sexo del niño, desmitificando la creencia de que el padre debe hablar con el varón y la madre con la hija.

Callar a los interrogantes es también una forma de educar. “Con el silencio, se enseña que del sexo no se habla y es tan dañino como pensar que descubrirán las cosas por sí mismos. Esto en tiempos del Sida puede ser catastrófico”.

¿Cuándo y cómo hablar de sexo en casa? Para los especialistas, en todo momento, ya que los chicos no sólo necesitan información, sino la confianza de poder hablar con sus padres sobre qué les preocupa.


Graciela E. Prepelitchi

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