1/10/06

La madre y su bebé se exponen a la muerte sin una atención inmediata

Sin asistencia médica, una mujer llega a pasar hasta 40 horas en trabajo de parto y corre riesgo de morir de cansancio obstétrico. Pasadas las 42 semanas, la placenta disminuye la cantidad de oxígeno que aporta al feto. Pacientes se quejan de “peloteo”.

“Es imperdonable que una mujer en pleno alumbramiento sea remitida de un centro a otro. Debe ser ingresada, así la mesa del director tenga que fungir de cama”, dijo un especialista.

Valentina ya tiene cuatro años, pero no habla, ni camina, mucho menos puede ir a la escuela. Ella sufre de encefalopatía estática hipóxica (daño psicomotor originado por falta de oxígeno en el cerebro) porque a Ingrid Pire, su madre, se le retrasó la hora de dar a luz debido a la falta de asistencia médica.

El parto es un trabajo y de ello no cabe la menor duda. Se desarrolla en una jornada que, de acuerdo a las circunstancias, puede extenderse por más de un día. Hay dolor, esfuerzo físico, sudor y gritos de desesperación para obtener un resultado.

Todo un proceso que puede finalizar en la muerte o afecciones graves a los involucrados (madre e hijo) si —como le ocurrió a Valentina— no se recibe la respectiva atención médica.

Al menos eso es lo que deja claro la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando señala: “La asistencia especializada es fundamental tanto para el recién nacido como para la madre. Una atención obstétrica adecuada garantiza que el nacimiento no sea traumático y reduce las probabilidades de mortalidad”.

Sin embargo, en el estado Zulia, son numerosas las quejas de la colectividad por el conocido “peloteo”, palabra que, en la jerga popular, se emplea para definir la constante remisión de pacientes de un centro asistencial a otro por falta de camas, incubadoras o cualquier otra causa.

“Si la mujer no llega con el muchacho afuera nadie la asiste”, vociferó, días atrás, Heiderson Áñez, esposo de una parturienta que se paseó por tres hospitales marabinos antes de finalmente dar a luz, el pasado 17 de julio.

Proceso

El parto es el proceso mediante el cual el feto, la placenta y las membranas dejan el útero, cruzan por el canal de parto y salen al exterior..

“El embarazo dura 40 semanas aproximadamente. Puede llegar a las 42 o adelantarse en las 38. Cuando pasan las 42 semanas, después de la última regla, la placenta —que ya ha cumplido su vida útil— comienza a disminuir la cantidad de nutrientes y oxígeno que aporta al producto fetal”, explica José Oberto Leal, jefe del servicio de obstetricia y ginecología del Hospital Chiquinquirá y coordinador de la zona centroccidental del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam).

Sufrir la acción del trabajo de parto sin lograr la culminación a su tiempo expone al bebé a una serie de agresiones conocidas como sufrimiento fetal que generalmente deja lesiones graves en el cerebro del niño..

“Muchos de los casos de parálisis cerebral que vemos hoy en día se originaron por sufrimiento fetal”, asegura el ginecbstetra, Eduardo Baena.

Al bebé puede faltarle oxígeno, padecer por una alteración de sus parámetros hemodinámicos que conducirían, en el peor de los casos, a la muerte o a retardos de tipo psicomotor, es decir, sus movimientos no estarán acordes con los de un niño de su edad, habrá debilidad en sus miembros y retardos mentales, que pueden ir de leves a agudos.

“Otra de las consecuencias de que a un bebé se le pase la hora del parto es la ingesta de líquido fecal, pues las contracciones pueden provocar que el niño defeque dentro de la placenta un líquido oscuro conocido como miconio, que le ocasiona afecciones cerebrales como la hipoxia cerebral”, señaló Marcos Levy, especialista en gineco-obstetricia y fertilidad.

Parturienta

El proceso de parto en su totalidad dura entre 8 y 12 horas, pero sin la atención médica adecuada una mujer llega a pasar hasta 40 horas en este trabajo.

Eduardo Baena asegura que una situación como ésta es propicia para que la parturienta fallezca por cansancio obstétrico.

“Es como si una persona pasara 40 horas trabajando sin parar, gastando energías y sin comer. El organismo se cansa y se detiene”, indicó.

Otra de las consecuencias mortales para la mujer es la eclampsia o alteración de la tensión, que viene acompañada de convulsiones y que provoca una abolición más o menos completa de las facultades sensitivas e intelectuales de la mujer.

La falta de asistencia y de antibióticos también constituye una puerta abierta para una contaminación séptica del aparato reproductor de la madre.

Los especialistas coinciden en que las complicaciones durante el parto son multifactoriales y pueden terminar en la muerte. Al respecto, el Ministerio de Salud señala que las probabilidades de mortalidad materna disminuyen en un 79% con una asistencia especializada.

“El parto es un trabajo terrible. Ninguna mujer que esté en este proceso debe dejar de ser atendida por un especialista. Es una acción imperdonable que una mujer en pleno alumbramiento sea remitida de un centro asistencial público a otro. Debe ser ingresada allí, así la mesa de la oficina del director del hospital tenga que fungir como cama”, manifestó Eduardo Baena.

No obstante, aclaró que no es lo mismo que una paciente esté en trabajo de parto a que ella crea estar en trabajo de parto.

“Si la mujer realmente está en proceso de dar a luz, debe ser ingresada llueve, truene o relampaguee. Si aún le falta un día, queda a criterio del médico darle o no una cama, considerando la alta demanda de parturientas que tiene un hospital público”.

Los médicos señalan que en ocasiones se inicia una guerra entre el paciente y el especialista. El primero dice que va a dar a luz y el segundo dice que aún le falta.

José Oberto expone que el parto es un trabajo conjunto entre la madre y el hijo, cuyos organismos llegan al acuerdo de que el feto debe salir.. Entonces el producto fetal busca el exterior y el cuerpo de la madre lo empuja a alcanzar el objetivo.

Explicó que existe una serie de factores que indican al médico si la madre está o no lista para el embarazo, como el tacto, por ejemplo.

Sin embargo, es conveniente que la mujer lleve siempre consigo un almanaque menstrual para constatar cuándo fue su última fecha de regla y saber con precisión el tiempo de gestación que tiene.

También es preciso que el especialista verifique el estado de la madre y la asista inmediatamente, no sea que el producto padezca un sufrimiento fetal como Valentina.

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