8/2/06

Los pañales desechables ¿un problema ecológico?

Tras la toma de conciencia de las virtudes del amamantamiento materno para la salud de los recién nacidos, el cuidado de los bebés vuelve a ser objeto de un interrogante en las sociedades de consumo: ¿Pañales desechables o pañales lavables? Tal es la cuestión.

En nuestra sociedad, "las mujeres tienen ahora los hijos más tarde que las de las generaciones anteriores, a una edad en la que son más conscientes de lo que pasa en el mundo, de las catástrofes ecológicas y otros problemas medioambientales que afectarán a nuestros hijos", resume la británica Annette Kuester, de 32 años de edad y embarazada por primera vez.

El problema de los pañales forma parte de esas preocupaciones, con argumentos contradictorios desplegados por unos y otros.

Evidentemente, en la fabricación de pañales desechables se utilizan muchos productos, naturales, como el papel (a base de madera), químicos, como los polímeros superabsorbentes, que hacen que las nalgas de los bebés permanezcan secas. ¿Qué efecto tiene todo esto para el medio ambiente?

Las estadísticas dan resultados diversos. Inglaterra y el País de Gales producen aproximadamente 100 millones de toneladas de basura por año. De ese total, sólo el 8% es de origen doméstico, y de esta porción se recicla el 20%.

Tracy Stewart, que dirige una asociación de industriales, argumenta que los pañales desechables sólo representan el 0,1% de la basura. Y, según la Agencia del Medio Ambiente, los pañales lavables tienen efectos comparables para el medio ambiente que los desechables.

Como quiera que sea, antes de llegar a la etapa de control de los esfínteres, cada niño utiliza unos 5.800 pañales, lo que significa siete millones de pañales por día en Gran Bretaña, donde se calcula que el 95% de los padres optan por pañales desechables para sus bebés, y sólo el 5% por los lavables, calificados por algunos de "verdaderos pañales".

Existen en el país grupos que militan por la utilización de los pañales lavables y tratan de minimizar sus inconvenientes, esforzándose por combinar comodidad de los padres, preocupaciones ecológicas e intereses financieros.

Entre esas organizaciones figuran la Campaña por el Pañal Verdadero (Real Nappy Campaign) o Nappylady.

"Cuando tuve mi primer hijo, hace diez años, era tan complicado encontrar pañales de tela y hacerlos lavar que, pese a mi buena voluntad, tuve que renunciar a ellos", declara Hilary Vick. Cuando tuvo su segundo hijo, hace tres años, esa preocupación la llevó a crear en Londres un servicio de alquiler y de lavado de los pañales, "Nappy ever after".

Las autoridades municipales subvencionan desde 2003 la utilización de servicios de lavado de pañales, que pueden ser de algodón o de lana y seda, con toda una gama de colores y motivos.

Nappy Ever After factura sus servicios 8,50 libras esterlinas por semana, suma a comparar con las 6 libras semanales que cuestan los pañales desechables.

Entre los pañales desechables y los lavables, existe una tercera posibilidad, la de los desechables ecológicos, de los que no se sabe empero hasta que punto son más biodegradables que los desechables clásicos.

Pero para las mujeres que combinan una vida de trabajo con el cuidado de los hijos, las consideraciones ecológicas no tienen la prioridad. "Yo se que hay un problema ecológico, y me siento culpable. Pero con el cuidado del bebé tengo ya tanto que hacer que los pañales lavables serían una obligación suplementaria e inútil. De manera que lo que hago es comprar pañales desechables lo más ecológicos posible", declara la periodista Anastasia Edwards, de 37 años de edad y madre de un bebé de tres meses.

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Saludos Cordiales

Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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