10/11/17

Desde niño se debe aprender a respetar el "rito" de comer [10-11-17]


Desde niño se debe aprender a respetar el "rito" de comer

A partir del sexto mes de vida se debe incluir un menú balanceado y completo a los más pequeños de la casa. Especialistas recomiendan que los padres persuadan pero no presionen a los infantes a la hora de variarles las comidas y de enseñarles buenas costumbres en la mesa


ZONA METROPOLITANA.- Insistir pero no obligar es una de las tácticas que la pediatra Olis Aliendres y la nutricionista Mirla González recomiendan para educar y familiarizar el paladar del niño a los nuevos sabores, texturas y calidades de un menú balanceado necesario para su crecimiento.

Porque aun cuando los médicos siempre abogan por una alimentación completa, Aliendres y González señalan que no se puede desvincular la realidad del entorno y otros factores que determinan los hábitos alimentarios, y que muchas veces necesitan ser reorientados por especialistas.

"Poco a poco, hay que incorporar alimentos de todos los grupos, para que el niño crezca acostumbrado a comer variado y sano (...) Se debe comenzar a temprana edad a suministrar vegetales, frutas, carnes, lácteos, grasas y carbohidratos".

Aliendres explicó que a las madres se les recomienda que un nuevo alimento debe ofrecérsele al niño en diez oportunidades pero en pequeñas cantidades, hasta que lo acepte. También es clave que se prepare el mismo alimento de distintas maneras.

"Todo lo nuevo puede generar resistencia y los sabores rutinarios cansan al paladar. Existe la idea equivocada de que al niño sólo le gustan dos o tres tipos de comida. Hay madres que afirman, por ejemplo, que su hijo prefiere comer la pasta, la papa y el arroz. A esas mamás hay que enseñarles que es importante variarles y balancearles la comida a los pequeños".

El patrón familiar

Las especialistas indicaron que el patrón familiar puede condicionar de forma negativa.

"Si a la familia no le gusta un alimento, difícilmente el niño lo consumirá. No se le puede obligar a comerlo".

La alimentación, como otras conductas aprendidas, se determina por modelaje familiar. Así, los hijos emulan los hábitos de sus progenitores.

"Si el niño observa que sus padres comen ciertos alimentos, él se va a atrever. Pero cuestionará alguna comida que sus papás rechazan o no suelen consumir".

Otro error dentro de los patrones alimenticios es convertir los dulces y postres en premios. Esa sobrevaloración desvirtúa la percepción de éstos en los pequeños.

"Ningún alimento debe darse como un premio. No debe ser la forma de convencer al niño a que coma ciertos alimentos para que reciba otros como recompensa. Hay que conversar con él y explicarle que si come variado será más sano y más fuerte".

El acto de comer

Parte de las conductas alimentarias, es el conjunto de normas y actitudes frente al rito de tomar los alimentos. En términos de horario, el niños debería comer cinco veces al día hasta los dos años de vida. Tres comidas principales y dos meriendas. La primera comienza a la hora en que se inicia su jornada diaria. También depende del ritmo y estilo de vida de la familia del infante.

"Hay que acostumbrar al pequeño a respetar la hora de la comida y que hay un lugar de la casa para comer. Que este momento debe ser armonioso, que no se discute ni se pelea. La postura al sentarse y el debido uso de los utensilios para comer, entre otras normas, también deben enseñarse".

La nutricionista González destacó que se debe inculcar que el "rito" de comer debe respetarse. "Sin distracciones, aprender que es un acto importante y estar consciente del disfrute de la comida".

Peligros

Hay ciertos hábitos que "sabotean" una alimentación equilibrada en los infantes:Agregar azúcar, sal, picantes y condimentos, a las comidas de los niños es un error. Tienen efecto como causas o como potenciadores en las enfermedades crónicas no transmisibles como la hipertensión y la diabetes. Los aportes de sales y azúcares de los alimentos son balanceados, y al agregarles mayor cantidad se sobrepasa el nivel calórico que el niño necesita. Así se puede favorecer incluso la obesidad. Decir que al niño "no le sabe a nada" porque le falta azúcar o sal es sólo una conducta aprendida y no una realidad.

Los edulcorantes artificiales -sean agregados en los preparados caseros o en productos envasados- no deben estar en las dietas de los niños. Hay ciertos alimentos, bebidas y chucherías que contienen estos aditivos y, según especialistas, no es prudente que los infantes los consuman, porque es muy probable que se esté perjudicando su salud. No hay investigaciones que avalen el consumo infantil de edulcorantes.

Chucherías

La mayoría de las golosinas aportan calorías vacías, es decir sin nutrientes (vitaminas y minerales, entre otros). Su contenido de grasas, saborizantes y colorantes artificiales, suelen favorecer procesos adversos a la salud, especialmente cuando se consumen en exceso. En cuanto a la lonchera escolar, se recomiendan las galletas integrales de preparación casera, las frutas, los sandwiches, los cereales y el yogur. Los refrescos gaseosos y otras bebidas con azúcar deben sustituirse por jugos naturales. La leche debe consumirse con ponderación (1/4 de litro al día a partir de los cuatro años). Lo ideal es que una dieta infantil diaria comprenda 4 porciones de fruta, 5 porciones de carbohidratos, una cucharadita de grasa, 1 taza de vegetales y tres porciones de proteínas.


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