6/3/06

Cuidados para hacer feliz a su bebé

Hope


De generación en generación se ha ido transmitiendo la forma de cómo cuidar a los recién nacidos.

Cortar el cordón umbilical con tijera o gillette, ponerles gazas o fajeros a los niños, curar el ombligo con mercurio cromo, quedarse en casa para dar a luz, darle agua azucarada al bebé o separar al recién nacido de su madre son solo algunas costumbres heredadas culturalmente.

El problema es que más allá de la tradición, se ha comprobado que los procedimientos mencionados anteriormente no favorecen la salud de los bebés.

Al contrario, acciones como tomar al bebé de los pies, ponerlo con la cabeza hacia abajo y luego darle una palmadita para que respire puede causar en el recién nacido pequeñas hemorragias en el interior de su cráneo.

“Yo he visto que muchas madres tienen la idea de que es mejor no darle pecho exclusivo a su bebé. La mayoría de gente ya tiene lista la leche artificial, las pachas”, dijo Margarita Linares, jefa de la unidad de ginecología del Hospital Nacional Zacamil.

“Lo que la gente no sabe es que darles leche artificial a los recién nacidos puede provocar infecciones estomacales. También, como la leche es muy cara, las personas pueden darle muy rala la leche al bebé y causarle al niño desnutrición”, siguió comentando Margarita Linares.

Algo parecido sucede con el fajero. Por la orina del recién nacido, el fajero puede mantenerse húmedo, contaminado por la orina, y esto puede dar paso a infecciones.

Y eso no es todo. Con la creencia que algunas mujeres tienen sobre los beneficios de dar a luz en su casa, muchos bebés pueden fallecer.

Esto se debe a que si el niño viene con el cordón umbilical enrrollado o con los pies por delante las parteras no tienen los recursos médicos adecuados para actuar de manera rápida y efectiva para salvarle la vida al infante.

Adiós a las acciones de riesgo

“El componente más poderoso de la mortalidad infantil la constituye la mortalidad neonatal (menos de 28 días de nacido)”, comentó el doctor Carlos Meléndez, miembro del equipo técnico de la dirección general de salud del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

Precisamente muchas de estas muertes se deben a la realización de prácticas equivocadas transmitidas por generaciones.

Pensando en esta realidad, en El Salvador, el Ministerio de Salud ha creado una serie de estrategias para salvar la vida del bebé y de la madre.

Entre estas se pueden mencionar las iniciativas de Maternidad Segura, Salud Reproductiva, que concluyeron en 1999 con otras dos estrategias fundamentales: la primera es la estrategia del paquete Madre Bebé y la estrategia Atención Integral a las Enfermedades Prevalentes en la Infancia (AIEPI).

“Estas dos estrategias están encaminadas a mejorar la capacidad de respuesta de las instituciones del sector salud, concretamente el Ministerio de Salud, el Seguro Social y las ONG, y darles las herramientas tecnológicas que permitan la supervivencia del recién nacido”, explicó el doctor Meléndez.

La otra estrategia de comunicación en salud infantil COSIM pretende dar todos los conocimientos necesarios a las familias, padres o cuidadores sobre los comportamientos básicos para promover la salud, en este caso del recién nacido y del niño.

De esta manera, con los nuevos conocimientos, se pueden ir mejorando las prácticas en el cuidado de los niños pequeños y, como consecuencia, maximizar su calidad de vida.


A curar el ombligo

Con respecto al ombligo de los bebés, también existen ideas antiguas que no dan los resultados esperados.

Una de estas prácticas incorrectas es amarrar el ombligo del bebé con una cinta umbilical.

Desde 1999 se ha sustituido la dicha cinta por un “clam”, perfectamente esterilizado, que reduce infecciones y sangrado.

Según el pediatra Meléndez, es muy común que las madres curen el ombligo de sus hijos con mertiolato. Pero la curación del ombligo debe realizarse con alcohol de 70 grados, pues el mertiolato no tiene propiedades para desinfectar la zona.

“Se trata de matar las bacterias, porque el ombligo es la principal puerta de entrada de las infecciones o enfermedades como el tétano, en especial en esos casos en los cuales a los bebés se les cortaba el cordón umbilical con tijera. El cordón debe cortarse con un equipo esterilizado”, dijo Meléndez.

Otro de los cuidados que deben cambiarse es el uso de fajeros o gazas.

“La gente cree que al mantener con fajero al niño no se le va a producir una hernia umbilical, esto es falso. El fajero no previene hernias. La mayoría de hernias umbilicales se cierran solas entre los seis y siete años de edad, salvo malformaciones del ombligo”, explicó el galeno.

“Hay algunas enfermeras que colocan gazas y fajeros, pero es mejor que el cordón umbilical se seque al aire ambiente, así se cae en tres o cuatro días. En cambio, los que se les ponen gazas o fajeros tardan más de una semana en caerse”, dijo el doctor.


Alimentación especial

“Muchas mujeres tienen la creencia equivocada de que la leche les bajará hasta los tres días después de que el bebé ha nacido, y mientras tanto le dan al bebé agua azucarada. Eso no es un alimento, y su hijo puede desnutrirse”, comentó Margarita Linares.

La verdad, según la jefa de la unidad de ginecología, es que el niño debe empezar a mamar media hora después de nacido. “La leche empieza a salir de los senos cuando el niño empieza a succionar”, afirmó Margarita, antes de agregar: “Hasta los seis meses, si el niño mama suficiente, no necesita ni agua”.

Y eso no es todo, si el recién nacido recibe otro alimento en esta etapa de su vida, puede sufrir diarreas, cólicos, vómitos o infecciones. Por el contrario, la leche está esterilizada y protege al nuevo ser humano contra las infecciones.

“La lactancia materna disminuye el sangrado de la madre, pues cuando el bebé mama, la madre secreta una hormona que contrae el útero. La mujer disminuye su sangrado, además de generar vínculos afectivos importantes y de evitar que su hijo sufra de hipoglicemia e hipotermia”, finalizó el médico pediatra.


Secar al bebé

Cuando se va a recibir al niño, se deben calentar previamente las sábanas y las compresas y debe secarse al bebé de manera gentil.

Se deben separar inmediatamente las compresas mojadas, de lo contrario, el niño va a transmitir su calor y se va a enfriar. “El bebé debe colocarse piel a piel, no empacarlo”, añadió el doctor Meléndez.

Antes se empacaba a los bebés y esto reducía su capacidad de respiración. Ahora se está tratando de introducir los cobertores neonatales. “Son una especie de gorrito con velcro que calientan al niño sin atarlo”, comentó el doctor.

La razón de empacar a los niños o colocarles el cobertor es para protegerlos térmicamente y evitar así la hipotermia.

Según Meléndez, cuando un niño se enfría, también se le baja el azúcar y, como consecuencia, puede convulsionar.


Hacia el hospital

Una de las acciones que más daño pueden traer a la madre y al bebé es dar a luz en la casa, donde no hay material esterilizado ni los instrumentos médicos adecuados para solventar las emergencias.

Al contrario, en un centro de salud, los médicos y la institución hospitalaria tienen como responsabilidad ofrecerle a la madre un parto limpio.

“Aquí debe existir una adecuada limpieza de manos, limpieza del periné materno, la ropa limpia, el material esterilizado, todo ello con el objetivo de reducir las infecciones”, comentó el doctor Meléndez, quien agregó: “Al reducir las infecciones, vamos a reducir la morbilidad y mortalidad perinatal, la que ocurre desde las 22 semanas de gestación hasta los primeros siete días de nacido”.


Otro de los beneficios de que la futura madre sea atendida en un hospital es que el personal médico puede resucitar o reanimar al bebé, si él o ella tiene problemas para empezar a respirar.

En el país, desde 1999, se está promoviendo el programa que enseña al personal de salud habilidades básicas sobre cómo aspirar la boca y la nariz del bebé, cómo se seca y cómo se estimula a un niño.

Por ejemplo, ahora se realiza una estimulación táctil en la espalda y en las plantas de los pies. “Muchas de las complicaciones del recién nacido están centradas en el inicio de la respiración. Si no respiran, pueden sufrir complicaciones como secuelas neurológicas”, afirmó el médico.


Compañeros de cuarto

En el pasado, se tenía la idea de que los niños debían alojarse en un cuarto diferente al de la madre.

Según el pediatra Meléndez, las dos primeras horas después del nacimiento son horas de vigilia, y tanto la madre como el hijo deben alojarse en el mismo lugar.

“Con el advenimiento de la iniciativa Hospital Amigo de los Niños, 23 hospitales en El Salvador tienen la certificación donde se promueve el alojamiento conjunto, el apego temprano y la lactancia materna exclusiva”, concluyó el galeno.

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Saludos Cordiales


Dr. José Manuel Ferrer Guerra

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